A mediados de septiembre próximo se realizará en Lima, Perú, el XXVII Congreso Latinoamericano de Hidráulica patrocinado por la Asociación Internacional para el Medio Ambiente, Hidroingeniería e Investigación, IAHR por su nombre en inglés (International Association for Hydro-Environment Engineering and Research).
El comité seleccionador del Congreso decidió incluir en sus anales el artículo “Golpe de ariete en una red de distribución de agua” del ingeniero civil magallánico John Twyman Quilodrán, pues trata un tema emergente en el mundo de la hidráulica, sobre el cual se existen escasas publicaciones a nivel internacional.
John Twyman explica que “los organizadores me invitaron a exponer el tema, lo cual requiere mi presencia en Lima, por lo que estoy buscando fuentes de financiamiento para mi inscripción, pasaje aéreo y estadía. En Chile hemos tenido eventos de roturas de tuberías por exceso de presión debido al golpe de ariete, con pérdidas de agua, deterioro del servicio y daño medioambiental. La modelación numérica permite prever las causas de este cambio brusco de presión, lo que permite proponer soluciones para evitar o mitigar sus indeseables efectos. Para ello, es clave la capacitación del recurso humano que interviene los sistemas, tanto desde su diseño hasta su operación”.
Twyman cuenta con más de dos décadas de experiencia en proyectos hidráulicos de diversa complejidad, tanto en Chile como en el extranjero. Autor de varias publicaciones sobre el golpe de ariete, sus contribuciones han sido referenciadas por connotados investigadores de América, Europa, Oceanía y Asia en tesis de pregrado, postgrado y doctorado.
Las empresas, instituciones o particulares magallánicos que deseen colaborar en el auspicio de la participación de este profesional en el referido congreso, pueden contactarlo directamente al correo twymanjohn@gmail.com para solicitar mayores antecedentes.
Golpe de ariete
El golpe de ariete se produce cuando cambia la velocidad del flujo en las cañerías debido a una perturbación, como puede ser el cierre o apertura de una válvula, o la activación de un grifo contra incendios, lo cual genera fluctuaciones de la presión en forma de ondas que se mueven en todas direcciones a una velocidad que puede llegar a mil metros por segundo en las tuberías metálicas (aproximadamente diez cuadras por segundo), generando daños casi instantáneamente.
Esta situación también se genera en centrales hidroeléctricas, centrales nucleares y cualquier otra red por la cual se transporten fluidos, ya sea agua potable, aguas servidas, gas, petróleo, aire, etcétera.
Punta Arenas, 28 de julio, 2016
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